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domingo, 25 de abril de 2010

Presencia

Pasa el río, pasa el tiempo,
las olas y las nubes,
las voces y los vientos,
mas tu palabra quedará.

No son sueños, Señor,
los que alivian mi dolor,
ni oro, ni abundancia:
sino tu presencia cotidiana.

Brilla el sol, brilla la luna,
brilla la noche, brillan las sombras
de complicados laberintos,
pero nada mejor cuando brilla el corazón.

En cada cosa estás Señor,
en cada tiempo, en cada espacio;
en el agua y en el fuego:
mas no te alejas de mí, Padre Eterno.

Amiens 26-2-10

sábado, 3 de abril de 2010

El Mañana

Mañana cuando nazca el día, Señor,
acógenos en tu morada celeste,
lejos del frío y de la noche,
que cruzando vamos hoy por el camino.

Mañana cuando vuelvas, Señor,
recoge nuestros dispersados pasos,
que por fangos y desiertos
perdidos van, buscando tu palabra.

Mañana cuando haya sol, Señor,
que haya también misericordia en tus ojos,
para nosotros, que enceguecidos,
dormimos y andamos por las noches.

Mañana cuando ya no exista el tiempo, Señor,
que sea como lo has dicho,
y las plantas y los ríos sean celestiales,
y tu palabra sea por siempre nuestra vida.

2-4-10
Amiens